La localidad segoviana de Sepúlveda está considerada la capital mundial del cordero asado.

Sepúlveda

Cada fin de semana, sus numerosos restaurantes y figones se llenan de comensales que acuden a degustar un exquisito lechazo asado en horno de leña, acompañado de una ensalada y regado con un buen vino tinto Ribera de Duero u otros. No en vano, el pueblo ha recibido adjetivos de la talla de la “Costa del Cordero Asado” o la “Capilla Sixtina del Cordero Asado”, lo que permite hacernos una idea del tipo de cocina que  nos encontraremos aquí: una gastronomía típicamente castellana, recia, sin aderezos, con personalidad. A aquellos que les queden fuerzas, pueden completar su menú con una buena sopa castellana y rematarlo con el más internacional de los postres de la provincia, la tarta ponche segoviano.

Una vez que hemos repuesto fuerzas, es hora de dar un buen paseo por esta preciosa villa medieval, declarada Conjunto Histórico – Artístico en 1951. En la Edad Media, Sepúlveda fue tierra fronteriza entre moros y cristianos. Los musulmanes la amurallaron con siete puertas, de las cuáles la principal era la Puerta del Río, que aún se conserva.  Es por ello que también se la conoce como la “Villa de las Siete Puertas”. El conde de Castilla Fernán González fue el encargado de repoblar esta zona en el año 940, otorgando a Sepúlveda su famoso fuero, que fue confirmado por el rey Alfonso VI de Castilla en 1076. Este hecho se conmemora cada tercer domingo de julio en la llamada “Fiesta de los Fueros”, cuando las calles y plazas del pueblo se visten de gala con estandartes, se iluminan con antorchas y se celebran actividades al aire libre como el mercado medieval, música y teatros callejeros.

Sepúlveda
Postres

El asado castellano es una preparación culinaria en forma de asado de carnes tradicional en la cocina castellana. Es una preparación tan típica de la zona de Castilla que es tomada como símbolo de su gastronomía. Se caracteriza por el empleo del horno, tradicionalmente de barro o adobe, que utiliza como combustible, leña de encina o roble. Y de poner la carne a asar en el interior de un recipiente construido con un material refractario, que tradicionalmente consiste en una cazuela de barro.

Esta manera de cocinar se fue transmitiendo durante siglos adoptando el nombre de ASADOS.

Durante la Edad Media, en el reino de Castilla, se fue convirtiendo el Asado, hasta entonces sólo al alcance de unos pocos privilegiados, en un manjar real  que nunca faltaba en las celebraciones más importantes del momento.

En el Capricho de Sepúlveda fieles herederos de esta tradición venimos elaborando estos Asados según el método y las recetas originales. Ahora podéis degustarlo en vuestros hogares en compañía de amigos o familiares, asegurando la más alta calidad de las materias primas, asados de forma tradicional, lenta y siempre en horno de barro con leña de encina.

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